Hoy
estamos de festejo, un sábado 15 de julio, hace seis años, Moni llegó a
nuestras vidas. Una hija muy deseada y muy buscada, y que sin embargo llegó en
un momento inesperado. Seis años que pueden parecer tan poco y al mismo tiempo
tanto. Seis años en los que hemos vivido muchísimas alegrías, que nos han
servido de colchón para amortiguar los momentos difíciles y tristes. Tengo
perfectamente grabado el momento en el que vimos a nuestra princesa en su cuna,
su sonrisa y la certeza de que estábamos frente a nuestra hija.
Seis
años después todavía me asombran la magia y la intensidad que rodean a la
maternidad adoptiva. Fui inmensamente feliz cuando me convertí en madre
biológica, pero en la maternidad biológica se dan muchas cosas por sentadas,
empezando por pensar que el hijo tan esperado va a llegar, y el vínculo se va
creando día a día mientras el bebé crece en tu vientre. Cuando adoptas, cada
día viene cargado de una intensidad difícil de imaginar a menos que lo hayas
vivido. Cada detalle, cada paso que avanzas adquiere una enorme dimensión. Ahí
es cuando te das cuenta que el hijo ideal es el hijo real, el hijo que acunas
en tu regazo, el hijo que te mira con ojitos de miedo y de anhelo esperando ser
parte de la familia que tanta falta le ha hecho, el hijo que te hace la mamá
más feliz cuando te pone los bracitos al cuello, el hijo que te entrega toda su
confianza al tomar tu mano para emprender juntos el camino.
¡¡¡FELICIDADES!!!
ResponderEliminarUn abrazote,
Beatriz
¡Felicidades! Como hija adoptiva emociona leer tus palabras. Abrazos!!
ResponderEliminarGracias Beatriz, gracias Patri, besos a las dos!!
ResponderEliminarPrecioso momento. Se me eriza la piel sólo de leerte. Ojalá yo algún día pueda contar cómo es ese momento para mi. Besos
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