De todos los roles que me ha tocado desempeñar en esta vida del que más feliz y orgullosa me siento es de ser mamá. Tengo dos maravillosos hijos, muy esperados, muy deseados y muy buscados. Uno llegó por panza y me convirtió en madre, la otra llegó directo al corazón y completó la familia que siempre soñé. Uno es un chico casi adulto que ya ha emprendido el vuelo, la otra es una diablita adorada que da sabor a mi vida.
Ser madre va mucho más allá de engendrar y parir. Cuando nos convertimos en madres el cómo no importa, la maternidad te cambia la vida para siempre, no hay amor más grande que el que sentimos por nuestros hijos. Ser madre se trata simplemente de AMAR .
ANTES DE SER MAMÁ... Yo nunca sentí un nudo en la garganta al mirar a través de unos ojos llorosos y una carita sucia. No conocía la felicidad total con sólo recibir una mirada. No pasaba horas mirando la inocencia dormir.
ANTES DE SER MAMÁ... Nunca sentí que mi corazón se rompía en un millón de pedazos al no poder calmar el dolor de un niño. Nunca supe que algo tan pequeño podía afectar TANTO mi mundo. Nunca supe que podía amar a alguien de ese modo.
ANTES DE SER MAMÁ... Yo no conocía el sentimiento que provoca tener mi corazón fuera de mi cuerpo. No sabía qué tan especial me sentiría al alimentar a un niño hambriento. No sabía de esa cercanía inmensa entre una madre y su hijo. No sabía que algo tan chico podría hacerme sentir tan importante.
ANTES DE SER MAMÁ... No imaginaba tanta calidez, tanta dulzura, tanto amor. No imaginaba lo grande y lo maravilloso que sería. No imaginaba la satisfacción de ser madre, no sabía que yo era capaz de sentir tanto...
HOY NO IMAGINO MI VIDA SIN MIS DOS AMORES, SIN MI GRANDE Y MI CHIQUITA. GRACIAS MIS NIÑOS, ES UNA GRAN BENDICION SER SU MAMÁ.
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